miércoles, 24 de noviembre de 2010

Cruzando el umbral de la Universidad



“Se ha empezado a hablar de nuestra época como de una nueva Edad Media. El problema reside en saber si se trata de una profecía o de una comprobación.” Umberto Eco, La Edad Media ha comenzado ya.


Por momentos me siento un Goliardo. Que no se mal entienda. Los Goliardos eran intelectuales errantes que se ganaban la vida enseñando sus lecturas, experiencias y reflexiones. A decir de Jacques Le Goff, son la estirpe de la cual descienden los profesores universitarios. Allá por el siglo XII surcaban la Europa del Medio Evo, buscando libros de los antiguos filósofos y naturalistas griegos, traducciones en árabe, hebreo o lenguas románicas.

Entraban en las renacientes ciudades donde de a poco, la movilidad social del mercantilismo, las volvía prósperas. Allí enseñaban a grupos de alumnos tan nómades como ellos. A veces debían ganarse el sustento de otras formas, de juglares, de actores. Hasta que debían migrar, a veces por impulso propio, a veces obligados.

Las universidades surgen como la institucionalización de esas experiencias educativas. No obstante, más que una conquista sedentaria, van a crear redes de relaciones e intercambios; de asociaciones y enfrentamientos; de competencias y solidaridades. De allí a nuestra época, entrar en una universidad, en cualquier lugar del mundo, es participar de esas redes.

Conocer y enseñar forman parte de un mismo proceso. En ese sentido las universidades van mucho más allá de la reconocida función de formar en una disciplina y entregar un título habilitante; función que le fue otorgada al poco tiempo de aparecer en la cultura occidental. A esa misión académica, se le agregan la cultural, ética, sociopolítica y de extensión. Al igual que la biblioteca de Babel de Borges, todo saber sin su contrario se lo considera incompleto. A diferencia de ella, no se cree que el saber esté encerrado en la superficie del papel, ni siquiera en la catódica pantalla de la computadora, sino que se lo encuentra en la experiencia cotidiana de la humanidad.

Por ello, remedando aquellos profesores errantes, de ciudad en ciudad, por esa característica federal que tiene la Universidad Tecnológica Nacional, por su reconocimiento y articulación con otras universidades, uno va de docente o alumno por diversas ciudades. Congresos, jornadas, visitas a empresas, exposiciones, forman parte de los itinerarios típicos de la Educación Superior. Aula Chacabuco es el umbral de entrada en nuestra ciudad.

Lic. Alejandro Marcelo García

UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA NACIONAL

FACULTAD REGIONAL SAN NICOLÁS

AULA CHACABUCO

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