lunes, 6 de diciembre de 2010

La educación superior en Chacabuco


Proif. Roberto Antonini

Existen diversos modos de comenzar un texto si uno sabe lo quiere decir, y mejor, si uno sabe sobre lo que va a escribir; en el momento de la propuesta por parte del editor de este material de consulta, no dude en decirle que si, aunque sin tener muy en claro que quería decir sobre la educación superior en Chacabuco y en la región.

Decidí, comenzar con una pregunta ¿Sirve la educación superior que se dicta en Chacabuco? La respuesta corta, sencilla y vulgar es: si sirve; ahora repregunto ¿Por qué? Porque responde a una creciente demanda de formación por parte de una población estudiantil por demás heterogénea; a saber:

En primer lugar, muchos jóvenes que transitan los últimos años del Polimodal, ven en la oferta de estudios local una posibilidad real, barata y accesible de formación, con vistas a ingresar en un mercado laboral que requiere cada vez más, mano de obra calificada o al menos “presentable”. Dicha oferta incluye: carreras técnicas, de profesorados, carreras universitarias con cursada real y/o virtual.

En segundo término, y vinculado a lo anterior, un porcentaje creciente de jóvenes no puede acceder a estudios universitarios lejos de aquí, éstos escapan a la realidad económica de cada familia (léase: pensión, departamento, pasajes, traslados, comida, libros, fotocopias, etc.).

En tercer lugar, la posibilidad de formación para satisfacción personal, autorrealización o sueños postergados, es una realidad que circunda nuestras aulas; personas de variada edad, se acercan cada año a los diferentes institutos terciarios averiguando por la oferta educativa, por las materias y los contenidos de las mismas; se anotan, hacen el curso de ingreso, se comprometen, y así, poco a poco, cumplen con aquello que por diversas circunstancias no pudieron hacer en su momento.

Por supuesto que, no todas son rosas, muchos (jóvenes y no tan jóvenes) quedan en el camino, la cursada diaria de lunes a viernes de cuatro horas, provoca un desgaste que no todos logran superar; en ocasiones el trabajo y la familia (sin querer) juegan en contra a la hora de cumplir con la meta propuesta. En los cursos de ingreso, siempre repito: “al final no siempre llega el más inteligente, sino el más perseverante”, o sea, “el que tiene más aguante, él que se la banca”

En cuarto término, la oferta de educación superior de Chacabuco sirve pues, en los últimos dos o tres años, se ha transformado en una opción válida, no solo para la gente que reside aquí, sino también para personas provenientes de partidos vecinos. Este año, en institutos públicos se recibieron tres juninenses (entre carreras técnicas y de profesorado). Y hablando de egresados, me animo a tirar una cifra no comprobada científicamente pero, alrededor del 80 % de los mismos, está trabajando de lo que estudió, o al menos le sirvió para escalar posiciones en sus puestos; con cual se transforma en un quinto argumento de porque, realmente, “sirve” la educación superior que se dicta en nuestra localidad

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